En Busca del Hincha Perdido

Para el hincha del fútbol siempre tiene que haber incertidumbre. El gusanillo pre-partido. El miedo. Llámalo como quieras. Es lo que nos diferencia del nuevo seguidor que solo se apunta a un club que gana, o los que se declaran muy futboleros pero sin vínculo afectivo por ningún club (estos van en aumento – los llamo “espectaculistas”). Sin derrotas o empates, el hincha creo que dejaría de ir. Sin incertidumbre, el partido sería una mera procesión, y entonces, ¿para que ir a presionar, a animar, a hacer una inversión emocional, cuando está todo hecho al 99%? 

 “Cuando una competición solo lo puede ganar uno de los participantes, deja de ser competición”. No es la frase de algún filósofo o escritor, que esto me vino a la mente ayer por la noche, mientras observaba como el FC Barcelona ejecutaba otra goleada contra otro rival menos afortunado. Digo menos afortunado, porque el distanciamiento entre Barcelona, Real Madrid y el resto va en aumento cada año. Ya sé que ahora mismo el Real Madrid no esta en su mejor momento, pero….¿alguien duda de que acabara siendo primero o segundo a una distancia considerable del tercero?

La victoria del Barcelona de 5 a 1 es lo de menos. Lo importante, lo preocupante, incluso para el Barcelona, son las butacas vacías. Según el comentarista del Canal +, unos 30,000 libres. Ya sé que la gente se quejará de los precios, del frío o de lo que sea, pero yo creo que ese fútbol tan admirado por muchos, esta acabando con los hinchas. 

Los hinchas somos de nuestro equipo. Lo somos tanto que sangramos el color de la camiseta. No levantamos la cabeza durante una semana si perdemos. Pero somos entendedores de otros hinchas de otros sentimientos. Disfrutamos de los goles y de las victorias propias, pero sí tenemos un punto donde sufrimos las derrotas y desgracias ajenas. Los hemos vivido. Cuando nuestro equipo gana por 3 goles, seguimos cantando, claro que sí, pero no estamos con exigencias de destrozo. Digo esto, por que veo que los “aficionados” de los grandes rozan el sadismo. Anoche mismo quedé anonadado viendo como el Camp Nou abucheaba a Song por perder un balón con 4 a cero en el marcador. O como el árbitro se lleva una bronca por no pitar algo dudoso en el centro del campo con 5 a 1.

Este tipo de afición sólo busca el destrozo del rival, y lo considera un espectáculo. El espectáculo esta muy bien, y si eso es lo que queremos, que sea disponible para todos y no sólo a unos privilegiados. Tipo NFL o NBA, donde es lo que la gente demanda. Pero allí los que mandan saben que el destrozo no es bueno. Allí el reparto es justo. Allí el equipo que queda último tiene la primera elección en los draft. O cambiar la elección de draft por jugadores que quiere. Equilibrio. Incertidumbre. 

Soy hincha. Prefiero la posibilidad de empate o derrota, pero formo parte de una minoría en declive. En España es muy complicado. Con una prensa deportiva parcial de dos equipos, que directamente ignora o ningunea el resto, estos dos tienen cada vez más poder. Ellos dominan los nominados para el “Balón d’Or”, pero el tercero y el cuarto no pueden competir a nivel económico contra el 15º de la Premier o el 11º de la Bundesliga.

Creo que hemos de ser conscientes del daño general para el resto de equipos. En el extranjero son mas hinchas que “espectaculistas”. Hay que reconocer que los futboleros en el extranjero, aunque sí disfrutan de los goles del Barcelona y Madrid, no compran destrozos, pero sí incertidumbre, o lo que es lo mismo, competición. Los números de ingresos de la Premier y otras ligas en el extranjero, dejan en ridículo lo que ingresa La Liga. Los destrozos venden en países de similar (sin ánimo de ofender) exigencia, donde se apunta a ganador, tipo Marruecos o Arabia Saudí. ¿Quiénes sufren de los menos ingresos? Los débiles. Y así las bolas de nieve de los dos afortunados siguen en aumento.

Se pierden hinchas. Que la competición….esta dejando de ser competición.