Saturday, April 7, 2012

Ibarreitor



Rara vez puedo leer “La Lupa de Ibarra” sin encenderme. Por eso lo evito – pero ayer en casa de un amigo, pasando las hojas de periódico, gintonic en mano y con la panza llena tras barbacoa poco religiosa, caí en ese error.

Ibarra es el gurú del Murcianismo para muchísimos. El que ilumina. El azote de Samper. Entendible, ya que despotricar del Murcia a la más mínima oportunidad parece la moda en esta tierra. Es aquel “eterno descontento” tan bien descrito hace tiempo por Cesar Oliva, que tiene en Ibarra su máximo exponente.

No es de sorprender que otros muchos medios y periodistas practiquen la mofa y el critiqueo como norma, merecida o no. Ibarra lo hace siempre. Incluso, le llaman maestro y el ayuntamiento le ha premiado con una calle con su nombre. ¿Cómo van a tener un mínimo de favor el Real Murcia si ponen calles por ridiculizar? El maestro tiene muchos alumnos.

Lo que parecía un artículo bien encaminado en recuerdo de una persona, giró muy predeciblemente a la crítica sin fundamento. “Hace tiempo que el Real Murcia ha dejado de ser de los Murcianos” dijo, como si los 10,000 abonados no contábamos (contamos poco, pero somos el corazoncito del club). Gusta más o gusta menos Samper, allí sigue. ¿Qué ha venido a hacer negocios? Pues sí, pero dime un dirigente que no hace negocios. Otros, murcianos, que tan simpáticos eran y disfrutaban del apoyo incondicional de Ibarra (todo por mofarse y empequeñecer al Real Murcia), andan entre Motril y Granada con los bolsillos llenos y pelo abundante. También se permitió el lujo de de ridiculizar los Murcianistas viajantes a Coruña, haciendo entender que era absurdo viajar.

Pero lo que más me cabrea son las constantes referencias a un pasado que parece gloriosa. El Murcia actual, malísimo, que no merece la pena ni seguir, ni se asoma a aquel. Había un presidente buenísimo (seguramente nunca hizo negocios), todo eran victorias y alegrías. Pero cuando uno mira los datos, no acaban de cuadrar con el mito. La mediocridad solo se interrumpe durante unas campañas, cuando logramos estar 3 temporadas seguidas en primera. No se puede negar que es nuestro punto alto, pero tampoco nada del otro mundo. No es para estar satisfecho con ello. Esa marca hay que mejorarlo, pero la manera de aportar der algunos, el torpedeo, no es digno. Un entrenador de fútbol me dijo una vez que para lograr el éxito hay que estar todos unidos. Lo comparaba con una mesa; hacen falta 4 patas, y que uno de las patas es la prensa del lugar. Ahora mismo tenemos la sopa en el suelo (Salvo contadas excepciones, como Yayo Delgado, cuyos articulos siempre aportan positividad a contracorriente).

Yo solo soy un blogger que opina. Pero como le dije a mi hijo de 9 años, Murcianista, abonado y accionista, fiel, no pierde un partido, cuando veíamos un programa deportivo en la 7 hace unos días, cuando Ibarra berreaba. El chaval escuchaba a Rosagro, atento, y a otro invitado, mientras veíamos como Ibarra pasaba las hojas del periódico. En cuanto empiezó a gritar, me dijo que “Papá, no entiendo nada de lo que dice”. “Ni falta te hace” le respondí. La ilusión de los niños Murcianistas, de los que viajan a Coruña y de los que seguimos apoyado a este eterno Real Murcia, el que estará cuando estos dirigentes dan paso a otros que los harán buenos, como siempre ha pasado, merecemos más respeto.

No comments:

Post a Comment