¿Cómo es que nos encontramos en descenso,
cuando el arranque fue bastante esperanzador?
El señor Figueroa
Vázquez se encargó de cortar el progreso de un equipo en desarrollo. No
sólo robándonos 2 puntos bien y merecidamente ganados (hace una vuelta en
Sabadell, cuando rozábamos la zona del play-off), pitando un penalti totalmente
inexistente en el descuento, pero con las mentiras posteriores en el acto que
llevaron a sanciones (como era de esperar) ejemplares a (¿casualidad?) nuestro
mejor y más creativo jugador (6 partidos). Tan sólo unas jornadas después, un jugador
del Barcelona B hizo gestos bastante más graves y gritó insultos mucho más feos
a un colegiado. ¿Sanción? 2 partidos. Que alguien me explica esto.
La sensación de injusticia hizo merma. 3
puntos de 15 posibles, y cuando levantábamos cabeza, en el último partido de
sanción a Matilla, contra el Sporting de Gijón en Nueva Condomina, viene el
señor Pérez Pallás a efectuar un
rodo muy escandaloso. Otros 2 puntos que se escapan, y de nuevo sensación de
injusticia.
Árbitros aparte, no hay duda de que los jugadores han pasado muchos
partidos con poca implicación o sin concentración. Las jornadas se pierden, y
no se recuperan. Fallos individuales inexplicables. Bajadas de brazos. Ni con
un entrenador ni con otro han logrado una regularidad que te asegura puntos.
La afición, como es normal en España, ha
dado la espalda al equipo en cuanto encadenó unos resultados malos. El vacío
total de la lateral es un problema de urgente arreglo. El desencanto se
entiende. Desde el último ascenso a primera, han sido años de agobios y
descensos, salvo el año de segunda B. Pero ha sido (y es) el momento de máximo
apoyo al equipo. Igual que contra el Almería, pero con 6 o 7,000 más en el
campo.
La gestión del club por parte del máximo accionista está caduca. Ir
generando déficits año tras año y los malos resultados deportivos, debe hacer
reconsiderar. Ahora mismo parece que
tiene el Real Murcia como a un rehén. Rehén de su deuda, al cual incluyen en el
precio de venta, lo cual hace que el precio está totalmente fuera de lugar.
Ahogan el club por la insistencia de recuperar de otros unas pérdidas que ellos
solitos han generado con su gestión nefasta. Nefasta por dejadez, lejanía, por
no cuidar unos mínimos detalles, cabezonería, falta de autocrítica, planificación
nula y un largo etc. Van dando bandazos año tras año.
Otra vez me tengo que hablar de la total
falta de apoyo por parte de las autoridades
de Murcia. El Alcalde no pisa
Nueva Condomina salvo que juega su equipo (el Barcelona) y el presidente de la comunidad, no ha
venido nunca. Sólo le interesa el fútbol cuándo visita Murcia su equipo –Real Madrid-
para salir en la foto haciendo la pelota a Florentino Pérez. Nuestro nuevo
campo, municipal, entra en un estado de descuido preocupante. Crecen malas
hierbas. Empieza a estar rajado. La tercera N de Nueva CondomiNa se rompió en
el 2006 al poco de abrir el estadio. Sigue sin
arreglar. Las lonas en celebración del centenario (que no fue) están descoloridas
y ya no tiene sentido estar allí con un escudo que no es la del Real Murcia. Ya
sé que dirán que son cosas que no influyen, pero yo creo que sí. Suman. Creo
que los futbolistas se contagian de lo que ven. En todos los estadios el túnel de
vestuarios al campo está repleto de imágenes que inspiran, pero en Nueva
Condomina hay bloques pintados de blanco, una franja roja y verde.....son
detalles.
Final de temporada no apto para cardiacos. De
agarrase los machos. Para jugadores, aficionados y dirigentes hombres e
implicadísimos. Lograr como sea los puntos necesarios, y a pensar en aprender TODOS de una puta vez de los errores.
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